Gustavo Carbonari: “Para concretar tus sueños, hay que ser creativo, sentir pasión, tener imaginación y constancia”

El emprendedor y artista, desde pequeño se vio inmerso en el rubro de los caños de escape, siguiendo los pasos de su padre, mientras que de adulto desarrolló un gran amor por el mundo del arte, logrando seguir adelante con sus dos pasiones.

Gustavo Carbonari tiene 48 años, nació en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, pero siempre supo que su verdadero hogar estaba en San Luis. En el mundo laboral siguió el camino de su padre, quien se trasladó a la ciudad en 1974 para hacer realidad su sueño al abrir “Escapes Cabecar”.

Aunque al principio no le gustaba la profesión, Gustavo trabajó al lado a su papá desde que era un adolescente de 14 años, sumergiéndose en cada detalle y conociendo hasta el último centímetro de cada caño de escape. Si bien le costó, aprendió a amar su trabajo con una pasión desenfrenada que lo acompaña hasta el día de hoy. “En un comienzo odiaba trabajar porque estaba sucio todo el día entre hierros y fosas. Por otro lado, todos mis amigos se juntaban y yo tenía que estar trabajando”, confesó.

Con el tiempo, el amor por su labor se hizo cada vez más fuerte. Sin embargo, pronto encontró un nuevo horizonte en ASELEC, donde consiguió empleo en menos de dos días. 

En el año 2010, un colega, con el que Gustavo mantenía buena relación, decidió venderle su negocio: “Escapes San Luis“. La oportunidad era tentadora, pero no tenía los recursos necesarios. Con audacia y determinación, acudió a su madre, quien decidió “empeñar” su casa para que pudiera adquirir el local comercial.

Así fue como el 1 de octubre de 2011, Carbonari se convirtió en el dueño. Cada paso era un sacrificio, pero estaba dispuesto a afrontarlo, y aunque se encontraba frente a varias deudas que saldar, esta nueva responsabilidad le brindó una sensación de calma y tranquilidad. “Luego de casi doce años en el negocio, me doy cuenta que todo tiene un sentido y que la vida te pone obstáculos para hacerte más fuerte”, reflexionó Gustavo.

Por otro lado,y saliendo del mundo de los caños de escape, una visita a una exposición de arte durante un viaje cambió su vida. Surgió en él una pasión por ese ambiente y en medio de la pandemia, “ARTESDIS” nació como un juego que se convirtió en un prometedor trabajo adicional. Allí diseña y fabrica muebles y artesanías decorativas para el hogar, empresas o locales comerciales.

La gratitud que recibe de la gente en el ámbito artístico contrastan con la falta de reconocimiento en su rubro tradicional. “Reparar un caño de escape es un gasto para las personas, pero comprar una obra de arte es un placer”, manifestó el emprendedor y artista.

Los días de Gustavo están repletos de trabajo. Con su negocio de caños de escape, ubicado en Av. Ejército de los Andes 425, dedica 50 horas semanales. Sin embargo, encuentra tiempo para explorar nuevos horizontes artísticos con la ayuda de un gran equipo que lo acompaña del que forma parte su hijo.

Después de una travesía emprendedora y una transformación hacia el arte, Gustavo Carbonari compartió un valioso consejo para aquellos que anhelan perseguir sus sueños: “Siempre sentí que hay que tener pasión, urgencia e imaginación por lo que haces. Debes entregarte por completo, día y noche. Apostar a lo grande en todo momento. Debes confiar en vos mismo con cuerpo y alma, porque mucha gente te va a decir que estás loco y solo algunos van a creer en vos”, afirmó con convicción.

Las personas que requieran de los servicios de Gustavo, pueden encontrarlo en su local comercial de “Escapes San Luis”, ubicado en Av. Ejército de los Andes 425, mientras que los interesados en explorar másde sus obras de arte, lo pueden buscar en Instagram como @artesdis.

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