Ciencias Blandas, las nuevas competencias requeridas por las empresas

El mercado laboral cambia, se transforma, a medida que la sociedad en general también lo hace. Por ello nuestros perfiles profesionales también deben de adaptarse a las nuevas demandas, por ello quiero compartir con los lectores de San Luis Vip este escrito.

Desde los comienzos las competencias más duras fueron las requeridas por cualquier organizaciones, las famosas hard skills, competencias profesionales adquiridas en entidades educativas necesarias para desempeñar cierta y determinada función, como por ejemplo antes escuchábamos perito mercantil y  en la actualidad Ingeniero en Minas, Desarrollador Gamming y algunas de siempre como Medico, Contador, entre otras y también por supuesto todas las profesiones que no llevan título de grado. En síntesis las hard skills son aquellas que nos avalan para desarrollar correctamente una tarea concreta o como personas cualificadas para un puesto determinado en una empresa o institución pública.

De la misma manera los estilos de liderazgo mutan y gracias a ello las soft skills, cada vez más presentes en el desarrollo del performance de las personas dentro de las organizaciones, solíamos escuchar compromiso, responsabilidad y la lista comienza por estos días a ser mucho más extensas ya que las conocidas como habilidades blandas son aquellas relacionadas con cualidades emocionales y sociales del individuo. Por ejemplo: Trabajo en equipo, automotivación y liderazgo, capacidad de comunicación, asertividad, capacidad de adaptación a los cambio, empatía, conducción, proactividad, espíritu emprendedor, entre otras.

Para comenzar a entender el beneficio de estas habilidades, recomiendo la lectura “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva ”escrito por Stephen Covey y también “La Paradoja, una historia de la verdadera esencia del liderazgo”’ de James Hunter.

Estos conceptos ¿son nuevos?. Para nada. Historia del término “inteligencia emocional”

Edward L. Thorndike definió en 1920 lo que él llamó la “inteligencia social”, esa habilidad básica para comprender y motivar a otras personas. David Wechsler, por su parte llegados los años 40, dejó claro que ningún test de inteligencia podía ser válido si no se tenían en cuenta aspectos emocionales. Más tarde, el propio Howard Gardner ya pondría los primeros cimientos con la séptima de sus inteligencias, la llamada inteligencia interpersonal, muy parecida sin duda a la emocional potenciada años más tardes por el autor de bestsellers Daniel Goleman.

Por Hernán Fabre: Lic. en Marketing y Comercialización. Un. Católica de Salta Buenos Aires. Magíster en Adm. de Negocios.  Un. Católica de Cuyo San Luis – Posgrado en MktEstratégico. Un. Palermo Buenos Aires. 

 

 

 

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