En una charla entre amigos donde surgieron las anécdotas, el maestro reveló que su amor por las motos viene de cuna. Según él, la sangre motera le corre por las venas, heredada de su padre y su primo, quienes eran fanáticos de las 2 ruedas. Tiempo más tarde, se animó a incursionar en el ruedo de los autos, donde también fue protagonista.
René Zanatta se cansó de batir récords y levantar copas, convirtiéndose en un referente para las nuevas generaciones de pilotos de motociclismo y automovilismo.
Con el récord de velocidad en el Autódromo de Rafaela llamado “El Óvalo”, y más carreras ganadas, René es un monstruo del volante argentino que sigue disfrutando del deporte y acelerando cada vez que puede..
Recientemente, y con la ayuda de una empresa de la ciudad, agarró su viejo Volkswagen Gacel, símbolo de sus carreras, y está trabajando para dejarlo cero kilómetro, como un homenaje a aquellas curvas que lo vieron correr.
Y mientras los motores rugen y el asfalto quema, Zanatta comparte el momento con sus amigos de San Luis, Néstor y Walter, quienes lo fueron a visitar para recibir consejos y seguir aprendiendo de sus vivencias. Porque para él, lo más importante es estar, compartir la pasión con los seres queridos, y disfrutar cada instante.
Asimismo, mencionó su gran cariño por la provincia puntana, y contó que cada tanto viaja hasta San Francisco del Monte de Oro a vacacionar con su familia, también visita el cerro El Amago y aprovecha para entrenar.
