A los 3 años se calzó por primera vez los esquíes en su ciudad natal, San Martín de los Andes, en la provincia de Neuquén, y desde entonces quedó maravillado por la nieve. Conforme crecía, mediante su trabajo se animó a seguir conectado con ese maravillosomanto blanco que tanta alegría le produce. Juan Ignacio, a los 11 años, se mudó con sus padres a San Luis, donde vivió toda su adolescencia.
A sus 24 años, Juan Ignacio Flores Peralta puede decir que recorrió un gran camino persiguiendo sus sueños. Todo comenzó a los 11 años, cuando junto a su familia se mudó a San Luis. A pesar de que se dedicó al rugby y se enfocó en terminar la secundaria, sabía que quería volver a reencontrarse con la nieve.
Al tiempo regresó a San Martín de los Andes y más tarde se fue a vivir a Europa, más precisamente a Andorra, en donde estuvo por tres temporadas y trabajó relacionado a lo que tanto lo apasionaba. En una tienda de alquiler, el joven se encargaba de la reparación de equipos para esquiar. Labor que realizó también durante 7 años en el reconocido cerro Chapelco, en su ciudad natal.
“Me apasiona el trabajo en el taller de material, ya sea para arreglar esquíes o tablas, siempre estoy buscando aprender más del mundo del esquí que es enorme“, aseguró Juani, demostrando su entusiasmo y dedicación.
Si bien, realizó sus viajes en solitario, ya que su familia se quedaba en San Luis, es consciente de que siempre podrá establecer vínculos con otras personas. “La montaña siempre te va a dejar un amigo, por lo que uno sabe que nunca está solo”, afirmó el aventurero que va tras la nieve y ya planea correr algunas fechas del clasificatorio para el Freeride World Tour, una disciplina que se realiza en Francia, Canadá, Japón, Andorra y Suizaque requiere de un snowboard o esquí.
Juan Ignacio, durante su entrevista con San Luis Vip, relató que cada tanto vuelve a San Luis para pasar tiempo con sus seres queridos, recargar energías y emprender viaje hacia una nueva temporada en la nieve.
En su interior, guarda el sueño de construir una pista de esquí artificial y cerrada en San Luis, aunque es consciente de que se trata de un proyecto desafiante y ambicioso, pero no imposible. La emoción y el entusiasmo lo inundan al visualizar a las personas disfrutando de la nieve, creando así un destino excepcional para los apasionados de los deportes invernales en la región.
“Pienso que siempre hay que ir en busca de nuestros sueños, perseguirlos, buscar vivir donde uno se sienta bien y ser feliz, aunque haya que hacer el sacrificio de alejarse de los afectos. Siempre va a existir la posibilidad de volver, y con la tecnología de hoy en día, uno siempre se siente como en casa, ya sea a través de una video llamada o un mensaje”, reflexionó el joven quien aseguró que vive en donde la nieve lo abrace.
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