Hilda Pedroza: “Agradezco al universo y a Dios ser autosuficiente a mis 83 años”

Fue docente de primaria, vivió en distintos lugares y a su edad, es un ejemplo de vitalidad.

Hilda Pedroza es una mujer sencilla, aunque inquieta por naturaleza. Tiene un espíritu aventurero y una juventud inagotable. A sus 83 años, su alma parece la de una persona de 20. Fue maestra de primaria y, aunque se jubiló de la docencia, no deja de lado su vocación, por lo que vive sus días para enseñar y aprender de todo lo que la rodea.

Asimismo, se describe como madre, abuela, cinéfila, lectora voraz y escritora. También se siente identificada con el prólogo que escribió sobre ella Julieta Calderone, que dice así: “Me di cuenta que era fresca, no como el agua cristalina de manantial, era fresca como cuando se es lo que se es, vi que tenía vuelo y no era mariposa, paloma, libélula, cisne. Es una mujer hecha y derecha que a veces se tuerce; más catadora de vinos qué acatadora de normas”.

Hilda Pedroza nació en San Juan, vivió en Buenos Aires y también en España. Tiene 53 mudanzas y afirmó: “Cincuenta y tres veces sentí que estaba en el lugar equivocado”, por lo que no paró de viajar hasta encontrar su lugar en el mundo. Actualmente, reside en San Luis hace ya 26 años, provincia en la que finalmente encontró su “hogar”.

Meses atrás publicó su libro “Quién me quita lo bailado”, donde detalló historias de su vida. El mismo sirvió de inspiración para que otras personas se animen a escribir. “Eso me llena de alegría y me entusiasma para hacer más cosas”, expresó la escritora, quien siempre tiene en su horizonte un nuevo proyecto dando vueltas.

Alegre, multifacética y con una sabiduría envidiable, prefiere transitar su vida de manera tal que no le quede nada pendiente, en la cual el optimismo es el pilar fundamental de ese pensamiento. “Me gusta hacer, más que aconsejar”, señaló. Y se contenta si su forma de ser les sirve de ejemplo a los demás.

Entre sus hobbies aparece el de jugar “Tabú”, un juego de mesa que consiste en adivinar una palabra antes de que se agote el tiempo estipulado, a través de las pistas que su compañero le va dando. “Me divierte jugarlo porque me hace pensar, pero a la vez me deja reír a carcajadas”, aseguró.

Otra de sus nuevas aficiones es el ir a modelar ropa con su amiga Eugenia Paone, de La Revuelta Americana, una feria cuyo local está ubicado en Colón 1035, en la ciudad de San Luis. Allí descubrió un nuevo mundo, el cual disfruta con muchas ganas. Se la puede ver modelar desde remeras, camisas, pantalones, sacos y hasta conjuntos, demostrando que uno siempre puede experimentar nuevas aventuras y sensaciones.

Si bien no le gusta la gimnasia, encontró en el baile la manera de hacer actividad física. Junto a su hija, Adriana Toledo Pedroza, quien es artista plástica baila a diario aproximadamente media hora, luego hacen “otro ratito de relax”. “Eso nos mantiene sanas mental y físicamente”, comentó.

Por otro lado, Hilda, quien próximamente se animará a subir al escenario para actuar un unipersonal en el teatro, confesó que su mayor felicidad se produce cuando se da cuenta que sus hijos y sus nietos son buenas personas. “Me hace sentir que algo habré hecho bien”, manifestó. Además, el estar rodeada de su familia y de sus amistades, le ayudan a su bienestar. “Agradezco infinitamente al universo y a Dios ser autosuficiente a mis 83 años”, concluyó. 

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