Es fotógrafo y también entre otras cosas, realiza tareas como guardia ambiental y rescata animales silvestres en el norte de San Luis.
Fernando Leguizamón es un apasionado fotógrafo de 49 años que se adentra con su cámara por los rincones más recónditos del norte de la provincia de San Luis. Su amor por la naturaleza y la fauna de la región lo llevaron a convertirse en guardia ambiental y rescatista de animales silvestres, una vocación que desempeña con total entrega, dedicación y sin esperar nada a cambio.
Desde hace más de 20 años, Fernando realiza estas tareas sin ningún apoyo ni título oficial, pero su amor por el medio ambiente y los animales va más allá de cualquier certificado. En 2013 decidió capacitarse en los cursos que ofrecía el municipio para ejercer estas actividades con mayor conocimiento y responsabilidad.
Fernando comparte su pasión con todo aquel que quiera escuchar sus aventuras a través de las redes sociales. Ya sea escribiendo la historia de un animal que rescató o mostrando cuando emprende un nuevo viaje por los caminos de la Provincia; sea cual sea la misión que tiene por delante, Fer siempre tiene algo interesante que decir. En una ocasión, escribió: “Me encanta escuchar el murmullo del monte a las 5 am y disfrutar de ese cielo estrellado que solo en el monte se puede ver”, dejando en evidencia su amor por la vida silvestre y la tranquilidad de una noche en esos lugares.
Además de su trabajo como rescatista, Leguizamón se dedica a compartir su conocimiento y amor por la naturaleza con los residentes de las zonas aledañas, recordándoles la importancia de cuidar el medio ambiente y los animales que lo habitan sin ejercer violencia contra ellos.
Una de las características más impresionantes de Fernando es su coraje y determinación al momento de salvar animales en peligro. Una de sus últimas travesías ocurrió hace un mes, cuando recibió la llamada de un vecino que le informó sobre un cóndor atrapado arriba del tanque de agua de su casa, cerca de la Ruta N°1 y Av. de las Carretas en Carpintería. Sin dudarlo, agarró su equipo y se dirigió al lugar para examinar el estado del animal. Después de comprobar que el ave estaba sana pero hambrienta, se dio cuenta de que había bajado a buscar alimento debido a que había animales muertos por la zona gracias al temporal que azotó la región. De todas maneras, como la temperatura era muy baja, el cóndor no podía volar, así que Fernando decidió proteger al animal hasta que pudiera hacerlo.
A lo largo de la mañana y mediodía, recibió varios llamados de personas que lo alertaban sobre el avistamiento del ave, por lo que pidió ayuda a los bomberos de Los Molles para generar un perímetro de alrededor de 70 metros a la redonda, para resguardar al animal y que nadie lo moleste hasta que siga su camino. Finalmente, horas más tarde, el cóndor se sintió lo suficientemente seguro como para levantar sus alas y emprender el vuelo hacia El Bajo, donde finalmente pudo elevarse hacia las alturas.
Si ves a Fernando por la calle, lo reconocerás por su apariencia tranquila, su sombrero, su cabello largo y su barba. Lleva su cámara colgando del cuello y probablemente tendrá algún “bicho” en su mano, ya sea una serpiente, un zorro o una araña. Pero lo que realmente llama la atención de él es su pasión y dedicación al medio ambiente y los animales, una verdadera inspiración para todas las personas de un hombre que ama lo que hace. #SanLuisVip