Desconectar para reencontrarnos

Tomando mates con una amiga, quien a su vez es madre, me dijo una frase que me quedó resonando en la cabeza para dar comienzo a esta nota: “Si bien amo ser madre, a veces extraño ser mujer”, haciendo referencia al espacio y a la libertad que tenía en otro momento de su vida. 

Si bien las decisiones que tomamos a medida que crecemos hacen que tengamos un orden de prioridades, esta situación no dictamina que por momentos no podamos extrañar o plantearnos qué hubiera pasado si… realizara un trabajo con menos carga horaria o estudiara una carrera más corta y menos exigente para aprovechar el tiempo de otra manera.  

En ese orden de prioridades, a veces sucede que, al estar tan adentrados en alguna actividad en particular, nos vamos poniendo en segundo lugar y por momentos hasta nos olvidamos de nosotros mismos. Allí es cuando entra en juego ese pensamiento de “primero debo hacer tal cosa y luego haré lo mío”, y sin darnos cuenta, ese “después” no llega nunca. 

Por esta situación es importante que nos organicemos y planifiquemos un momento dedicado exclusivamente a nosotros para realizar aquello que nos haga feliz y teníamos un poco olvidado.

Quizás te gustaba ir al parque a leer un libro o hacer más actividad física. Ahora, mirando atrás notas cuánto tiempo pasó de la última vez que te sacudiste el pasto del pantalón o cuánto disfrutabas liberar el aire de los pulmones para sentir cómo se relajaban los músculos y se liberaba todo el estrés de adentro tuyo.

Necesitamos tener un momento con nosotros mismos, “desconectar” del trabajo, soltar el celular, apagar la televisión, mirar a nuestro interior para saber qué queremos y quiénes somos. A veces creemos que no es posible, pero SÍ, es cuestión de intentarlo y de llevarlo a cabo.

Carrito