Con una velada “Intima”, más de 300 personas disfrutaron del show de Franca

Por primera vez, acompañada por una banda, la artista puntana de 13 años subió al escenario “Hugo del Carril” durante la noche de este jueves. Sueños, reversiones y emociones a flor de piel en una voz suave y con futuro.

La apertura del emotivo encuentro estuvo en las manos delicadas de Lucila Sarmiento, cuando deslizó con maestría sobre el piano la pieza “Experiencie” de Ludovico Einaudi. Luego, el cantante de Vale Spurgin improvisó varias rimas pegadizas que se llevaron los primeros aplausos en la previa al debut de Franca.

Así, minutos antes de las 22:00, después de una cuenta regresiva coreada por el público, se abrió el telón para recibir a la cantante junto a los músicos Esteban Endres, Ariel Tonelli, Juan Pablo Torres y Franco Reta.

Con un concepto íntimo, rodeada por sus seres queridos, Franca desplegó un encanto sutil en las reversiones lo que se tradujo también, a medida que avanzaba con su repertorio de catorce temas, en una sinergia entre la banda con oficio y su cadencia suave que, por momentos, con tensiones vocales le agregaron diferentes colores a cada presentación.

Quizás, donde más se pudieron apreciar aquellos matices de gran potencial fue en las canciones “No te apartes de mí” y “Limón y Sal”. Sin embargo, también se la notó cómoda sobre el escenario cuando interpretó junto a su amiga y compañera de teatro, Franca Decall, interpretaron un tema de Tini, acompañadas por el guitarrista Franco Baldini, en un formato acústico increíble.

La cantante, que se forma en Laboratorio de Sueños, brilló con “Flaca”, “Fue amor”, “Perfecta”, “Nada de eso fue un error”, “Seminare”, “Lo que hoy quieras”, “Volver a casa”, y “Loco tu forma de ser”. Algunos de los momentos más emotivos quedaron grabados y celebrados, mientras Franca le dedicó a su madre “Tan lejos”, de No te va a Gustar”, y cuando compartió la primera canción de su autoría titulada “Mi guitarra, él y yo”.

Con el asombro y la osadía de alguien que inicia un largo viaje, Franca pisó el escenario mayor del Puente Blanco, y compartió un encanto del cual no es difícil embelesarse.

A su padre, quien también supo incursionar en la música, se lo vio con una sonrisa imborrable y conmovido en la primera fila. Incluso, al final del espectáculo, le regaló dos ramos de flores a su hija para coronar una noche llena de armonías.

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