Con esa sensación de querer partir

Es común entrar a las redes sociales y encontrarse con alguna publicación de alguien que decidió irse del país o que tiene ganas de hacerlo; toparse con una nota en internet de algún argentino quien cuenta su aventura afuera; o quizás conocemos al amigo de un amigo que se fue a otro lugar, y “le está yendo bien”, porque en ningún lado reflejan lo malo, sino que afuera todo brilla. Tal vez sea así.

Es cierto que la realidad en cuanto a lo económico se vio desmejorada aún más por la pandemia, es verdad que la gente está harta de la inflación, de tener que salir a la calle y tener que mirar para todos lados una y otra vez porque no sabe con qué o con quién se puede encontrar, o tener que evitar transitar por tal calle a tal hora. Las personas están fastidiadas de ver a quienes los tienen que representar subirse a un ring cada día y darse con todo queriendo lograr un K.O., como el de Muhammad Ali a George Foreman, en aquel octubre de 1974, o más próximo en el tiempo, el de Juan Manuel Márquez a Manny Pacquiao, en diciembre de 2012, cuando el mexicano dejó al filipino tendido sobre el piso. ¿Eso quieren los políticos? ¿Ver morder la lona a su opositor antes que sacar al país adelante? Muchas veces pareciera que si, por eso es lógico que los argentinos se quieran ir, los entiendo.

El 20 de febrero de 2022, Mauricio Macri, escribió una carta en Facebook, la misma arranca así: “Estamos ante el mayor éxodo de argentinos de la historia…” ¿pero es tan así? La directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, respondió públicamente que, pese a la escasez de datos, “durante el gobierno de Cambiemos abandonaron el país 164 personas por día, mientras que entre 2020 y 2022, la cifra bajó a 78 por día”. Aunque también habría que tener en cuenta la cantidad de personas que se van con pasaporte extranjero por lo que no se reflejarían en los números, también que por un largo tiempo las fronteras estuvieron cerradas. Más allá de eso, y sin competir para ver en qué gobierno se fue más gente, las cifras asustan y son tristes.

Las cifras son tristes porque cuando uno nace, no se le cruza por la mente la posibilidad de abandonar el país que tanto ama. Seguro que algún que otro caso hay, pero son pocos. La mayoría de los argentinos queremos quedarnos, estudiar y trabajar acá, sentir que estamos en un país donde las cosas marchan bien, donde lo que se viene será mejor, y eso se perdió. La gente está cansada y desilusionada. No da más de que le mientan en la cara día tras día, están agotados de las promesas, de las deudas, de vivir con la incertidumbre de no saber si el sueldo les alcanzará para llegar a fin de mes. Repito, es lógico que la gente se quiera ir, los entiendo.

¿Un panorama desalentador o un futuro que se puede cambiar?

Cuenta la historia que para finales del siglo XIX la Argentina llegó a ser el país más rico del mundo, por encima de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y las actuales potencias, ¿y qué pasó? Creo que es una pregunta que hasta el día de hoy nos hacemos. A pesar de todo, la Argentina es un país rico en ganadería, rico en paisajes, rico hasta en su gente -en la mayoría de los casos- incluso en materia tecnológica, cada vez se está mejor. ¿Tan difícil es sacarlo adelante?

La realidad marca que las cosas no son perfectas en este momento, pero el irse de un país en el que creciste también debe ser una travesía que implica valentía y en muchos de los casos, hasta tener que dejar afectos, todo para ir en busca de una nueva oportunidad que no se ve con claridad en donde uno está. No debe ser fácil comenzar desde cero en otro lugar, admiro a quienes son capaz de afrontar ese reto. Particularmente, no me quiero ir del país donde nací, crecí y quisiera seguir estando.

Si te vas, te entiendo, pero también te entiendo si querés quedarte y pelear por lo que te corresponde, defender lo tuyo e intentar cambiar las cosas; no es sencillo, pero tampoco es imposible, porque a pesar de todo, el ingenio argentino y el famoso “lo arreglamos todo con alambre”, consigue siempre sacar al país adelante. Que los de arriba nos saquen todo, menos la esperanza y las ganas de crecer, porque si ellos no pueden, seguro que entre todos los demás podemos.

Por: Lucas Flores #SanLuisVip 

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