Cómo transitamos el duelo en cuarentena
Mi dulce Jolie, mi compañera de alegrías y no tantas, mi maestra. Te dormiste para siempre el 24 de marzo de 2020, justo el 24 de marzo… que en Argentina, es una fecha muy particular. Pero hoy vamos a hablar de vos mi amada y suave Jolie y de mí y de cómo se hace para transitar un duelo, en casa, sin poder salir. Vamos a reflexionar sobre cómo despedirse de… cómo llamarlo? Mascota? Mmm no… no.. para mí no eras una mascota, fuiste y serás un ser muy preciado, mi casi humana, perrhija: Jolie.
Trece años y 3 meses juntas, siempre eligiendo fechas especiales vos, eh? Naciste el mismo día, aunque varios años antes que tu “hermana” humana, y te me fuiste en plena cuarentena, momento jamás vivido ni por mi, ni por mis congéneres, ni los de un poco antes, ni los de un poco después… y yo me pregunte: y ahora cómo elaboro tu partida? Encerrada, bajo apercibimiento. Sin poder salir a pedir ayuda, sin nadie poder venir a ayudarme. Por supuesto que siempre está la persona “Angel” que aparece en momento cruciales de nuestra vida, y días antes apareció Vero (por teléfono, por supuesto no rompió la cuarentena… hasta que no quedó otra). Y también aparecen esas personas que jamás imaginaste que podrían llegar a contenerte con algo tan personal, y privado como son los vínculos, y el amor a los perros, asi que también apareció Ceci, que me presto la oreja, los ojos, y su corazón.
Todo se siente más, tu ausencia se siente mas, tus/mis rutinas ya no suceden, y las extraño aún más, tus cositas las veo las 24 horas del día. Los olores me invaden el corazón más que el pensamiento. Uno quiere simular que todo es normal, bueno… ya va a pasar… date tiempo, sé que la querías mucho, pero tenes una hija… cuidala… y si… todo eso es verdad, pero cada uno vive sus duelos como puede y como quiere. Y cuando no querés que (en mi caso) tus hijos o las personas que te rodean se enteren de tu angustia, está bien desahogarte en las redes sociales. debo confesar que siempre me opuse, me parecía una estupidez. Pero si, está muy bien. Solo uno sabe qué le hace bien a uno y a los que ama. Y yo, mi amor, mi dulzura, te voy a hacer todos los ‘In Memorials’ que desee, en mis redes. En Facebook, en Instagram, en Twitter… hasta en Linked In si es necesario, aunque me digan que haga lo contrario. Aunque me señalen y digan que mostrar los sentimientos en Facebook no está bueno. Lo voy a hacer. Es mi manera de recordarte. Es mi manera de llorar sin lastimar, a nadie. Al menos a mi hija no, porque no sabe leer aún.
Saben… leí algo sobre cómo elaborar los duelos, pero nada de cómo hacerlo en cuarentena. Es sano escribir. Ese podría ser un tip. Escribile una carta a quien paso a otro plano, a quien extrañas y ya no está cerca ni volverá para contárselo, para abrazarla. Una amiga me dio otro tip: hacele un santuario. Y así fue, busqué el lugar de la casa que más me gusta, puse sus fotos, sus cosas queridas, cosas que me recuerdan amorosamente esa alma que se fue físicamente, en mi caso, puse su correa, su collar de cuando era bebe, y el último que uso, ya les voy a mostrar la foto. Elegí imágenes que me llevan a momentos felices trascendentales, como cuando llego a mi vida, los cumpleaños, cuando viajamos, cuando tuvo cría. También puse junto a sus fotos su cepillo, su mantita, su platito. Sus pelitos… si, sus pelitos, que están por todo, ropa, sillones, rincones… y no quiero que se acaben. Y le escribí esta carta, una semana antes, cuando me enteré su diagnóstico.
Amada Jolie:
Tus ojos, el brillo de tu mirada, tu olorcito, tus saltitos, tus miradas Jolie… y que miradas, de amor, de miedo, de alegría desbordante como cuando salíamos a pasear. Hemos pasado por tantas situaciones juntas. Y no me dejaste sola NI UNA sola vez. No te has movido de mi lado, jamás. Te di todo el amor que una persona puede darte y más. Estoy en paz con eso. Hice todo para que seas una perrita feliz, buena, educada, obediente, pero sobre todo feliz, con amor, con el mismo amor que me diste durante todos estos años, y me seguirás dando eternamente cuando piense en tus juguetes, tus cepillos, tu shampoo, tu platito de agua, el platito de tus cookies, o de “lo rico” diría otra querida amiga. Ojalá tus pelos repartidos por toda la casa no se acaben nunca. Como duele saber que te vas a ir a pasear sin mi, mi bebita perruna, señora Jolie.
Yo se, que vos sabes que te amo profundamente. Lo se. Lo sabemos. Nos miramos y nos entendemos. Vos sabes todo. Yo te voy a acompañar mi amor. Siempre a tu lado. Siempre en tu corazón y vos siempre en el mío, tengo la certeza que nos vamos a encontrar en mis sueños lucidos. Hasta pronto mi dulce Jolie.
Por: Natalia Cherman – Periodista
#SanLuisVip